Para analizar esta obra cinematográfica es necesario tomarse cierto tiempo una vez vista la película. Antonioni es de esos directores que nos hace reflexionar profundamente sobre las limitaciones del arte. En este caso, trata la fotografía como la obsesión de un popular fotográfo londinense,que llega a limites insospechados,viendo más allá de las imágenes,viendo crímenes,estados de ánimo,vidas anónimas y una especie de submundo en el que parece que el protagonista se sumerge en todo momento.
Si intentamos encontrar un sentido lógico a la película no lo haremos - o yo personalmente no lo he hecho- puesto que no es precisamente un film que se caracterice por tener un argumento sólido o donde podamos diferenciar una introducción, nudo y desenlace como es lo habitual, sino que simplemente vemos como se suceden los hechos, sin demasiada conexión.
Particularmente, este largometraje me recuerda vagamente a la obra de Stanley Kubrick , "La naranja mecánica",por su tono satírico e irónico, aunque quizás no sea tan dura y desagradable,si que nos recuerda sobre todo por la época donde está ambientada,la falta de diálogos entre los personajes y el argumento sorprendente.Yo me quedo con la sensación de que no he terminado de ver la película,debido a su final "sinsentido".
